miércoles, 13 de abril de 2011

LA POESIA


En plena luz divina los ninos jugueteaban en el portal de flores, las adas regodeaban su cantar bajo la claridad dorada. Sus rizas se envolvían sublimemente en el cielo encantado del andar de las personas.


Se escuchaba el sonido de los pájaros y los rayos del sol reflejaban el interior de mi habitación, sentada a un costado de mi cama observe como la niña iba tomada de la mano con su padre y como caminaban a la orilla del mar. De repente sentí una mano en mi hombre era ese hombre, diciéndome al oído te necesito hija.

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