Lydia Dona (Rumania, 1955, nacionalizada estadounidense), vive y trabaja en Nueva York. Su estudio esta situado a pocas manzanas de la Zona Cero, y los restos retorcidos y humeantes amontonaos del World Trade Center parecen rondar su obra reciente.
Su pintura, estilísticamente próxima al expresionismo abstracto (Pollock y Clyfford Still) tiene su origen, no exclusivamente en la plasmación de sus impulsos, de su rabia, sino que nade de la suma de estos más la manipulación abstracta de piezas de repuesto, que la artista toma prestadas de los manuales de reparación de automóviles. Rubintein, comisario de la exposición, escribe al respecto “..durante una visita reciente a su estudio advertí una guía de reparación y puesta a punto de modelo Ford Bronco de 1984 encima de su mes de trabajo, salpicada de pintura”.
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